Al inicio de esta administración el ISSSTE era tan solo un cascarón de lo que fue alguna vez, un servicio de seguridad social referente en América Latina. Para recuperarlo se tuvo que desmontar una red de demandas y laudos para cobrar pensiones más altas que sumó un desfalco de 15 mil millones de pesos anuales por 12 años y rescatar inmuebles y hospitales abandonados por más de 20 años
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Redes sociales del Issste
CIUDAD DE MÉXICO. – “La privatización silenciosa que emprendieron por años fue dejando al instituto sin capacidad ni autonomía” aseguró la secretaria de Seguridad Pública y Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez sobre el estado en el que se encontró el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los trabajadores del Estado, el ISSSTE, al inicio de esta administración.
La podredumbre y el grado de corrupción al interior del instituto era tal que el presidente se vio obligado a solicitar a la responsable de seguridad en el país que tomara cartas en el asunto. Así, hace poco más de un año, el presidente le encargó a un equipo amplio el rescate del ISSSTE. El grupo estuvo integrado por representantes de la Secretaría de Salud, la Secretaría de Hacienda, Secretaría de la Función Pública, de la Oficialía Mayor, de la Procuraduría Fiscal, del IMSS, del Indabi, de Birmex, del propio Issste y de la Secretaría de Seguridad e incluso, por la Guardia Nacional.
“El instituto estaba devastado, las anteriores administraciones la dejaron como un cascarón y con una enorme afectación a los servicios de salud”, señaló la secretaria de Seguridad la mañana de este martes 29 de agosto.
El abandono
“Las unidades médicas sufrían un deterioro profundo porque hacía más de 20 años que no se les daba el mantenimiento mínimo indispensable”, dijo la secretaria. Faltaban aires acondicionados, impermeabilización y una red sanitaria adecuada”.
En los últimos 20 años no se dio mantenimiento a los inmuebles que albergaban hospitales y clínicas. En 12 años no se compró equipo básico como rayos X portátiles, ecocardiógrafos, tomógrafos o electroencefalógrafo, lo que impedía atender a la población. También se desarrolló una mala administración del inventario de las farmacias lo que promovió el robo hormiga de los medicamentos, según señaló la secretaria.
En este periodo también se gestó el desmantelamiento de la plantilla de médicos y enfermeras. “Intencionalmente se dejó de contratar más personal especializado, esto llegó a representar una escasez de 36 mil trabajadores de la salud” dijo.
La gallina de los huevos de oro
El abandono al ISSSTE inició desde finales de la década de los 80 del siglo pasado y parte de su debilitamiento pasó por quitarle la capacidad de atención de pacientes para ponerla en manos de las empresas particulares que se aprovechaban del personal de la institución, para aumentar sus ganancias.
El servicio que se daba a los derechohabientes no era prestado por la institución en su totalidad, sino por empresas particulares usando también al personal, a médicos, enfermeras, al personal administrativo, así como las instalaciones, equipos y hospitales del ISSSTE. Esto implicó que para 2007, empresas privadas se beneficiaran con contratos por 254 mil millones de pesos, de los que 88 mil millones, casi una tercera parte, correspondían a contratos de Asociación Público Privada con el Instituto.
Pensiones infladas
Por su fuera poco, en el proceso de limpieza del Instituto, el procurador fiscal de la federación, Félix Medina descubrió un esquema que permitió la entrega de más de 100 pensiones que rebasaban el tope máximo de pensión para servidores públicos de 31 mil pesos mensuales.
Estas pensiones extranormales implicaron un gasto de más de 15 mil millones de pesos anuales a lo largo de 12 años. El director del Instituto, el doctor Pedro Zenteno, aseguró que de estas 100 pensiones habían 5 que llamaban la atención.
Una de 273 mil pesos, otra de 236 mil pesos, de 186 mil, 38 mil y 129 mil pesos mensuales que fueron otorgadas, entre 1995 y 2005. La mayoría de ellas a directivos del Instituto que se jubilaron. A pesar de que el nombre de los pensionados está en poder de las autoridades, estos no se dieron a conocer, pues forman parte de investigaciones judiciales. El esquema, según explicó Félix Medina, es el siguiente:
Extrabajadores del ISSSTE coludidos con “coyotes” (abogados particulares y servidores públicos de los tribunales laborales) tramitaron miles de juicios ante las juntas federales de Conciliación y Arbitraje en el norte del país, con el propósito de obtener una pensión más alta y beneficios fuera de la ley. Esto les permitió duplicar los juicios de incremento de pensiones ante las juntas federales, mientras que los abogados encargados de defender al ISSSTE, también coludidos, perdían los juicios intencionalmente.
“A la fecha, en coordinación con la Fiscalía General de la República, se ha logrado judicializar a 22 personas, se obtuvieron también ocho vinculaciones a proceso en contra de tres personas por la comisión de estos delitos, destacando el caso de un exfuncionario del Issste que tiene seis vinculaciones a proceso por su participación en la grave afectación al patrimonio de la dependencia”, aseguró Félix Medina. Hasta el momento las autoridades implicadas en el saneamiento de la Institución han interpuesto 31 denuncias ante la Fiscalía General de la República lo que ha derivado en 25 carpetas de investigación.
De pasivos a activos
Al inicio de la administración, en 2018, el ISSSTE contaba con un pasivo de 20 mil millones de pesos. Al día de hoy, se abatió todo el pasivo y no se debe de nada, mientras que al cierre del 2022 el Instituto tuvo un cero por ciento de subejercicio, según informó su directora de administración y finanzas, Almendra Lorena Ortiz Genis.
Este pasivo se acumuló por el abandono al mantenimiento de los hospitales y el olvido del equipo médico especializado. Por ello, el rescate que se ha hecho el instituto ha logrado que se aumente su patrimonio, haciendo que estos pasivos se transformen en activos fijos, lo que incrementa las finanzas del instituto y lo fortalece.
De este pasivo, de 20 mil millones, 1.5 mil millones se recuperaron de deuda de los estados y cerca de otros mil millones (901 millones) se obtuvieron por la venta del inmueble del antiguo SuperISSSTE Vertiz, ubicado en la colonia Narvarte de la Ciudad de México.
Este trabajo fue publicado por Pie de Página, integrante de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Ve aquí la publicación original.
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