Los sucesos en el Congreso local son la mejor radiografía de la clase política que padece Chihuahua durante una etapa que, con demagogia extrema, se le denominó “Nuevo Amanecer”. Imaginen cómo estará el mundo de las tinieblas, que también existe. El asunto es grave porque se supone que en el sistema representativo los diputados son pieza clave para el planteamiento de las contradicciones e intereses que se dan al seno de la sociedad. Serían su canal natural. Pero nada más lejos de ese propósito. Los diputados no se representan ni a si mismos, mucho menos pueden aspirar a representar a la sociedad chihuahuense.
A Chihuahua con Duarte le sobró tiranía y con Corral le falta gobernabilidad democrática, constitucional. Sus proyectos personalísimos de poder, sus afanes protagónicos de figurar en la escena nacional, sus frivolidades, carreritas, tenis y golf, no le dan tiempo de encarar los problemas y resolverlos. Lo mismo en obra pública que en finanzas gubernamentales. En seguridad la crisis hace mucho que lo superó y se obstina en mantener en sus cargos a dos diplomados en inutilidad como lo son César Peniche y Aparicio Avendaño.
Seguramente está pensando que “su informe” se pone en riesgo en aspectos de ceremonial y decoración con motivo de la pugna en el Congreso, pero no entiende que en su partido mayoritario, octogenario, tiene a Fernando Álvarez como líder de eso que por un exceso se llama parlamento. Pero resulta que el señor diputado, de sangre azul alvareña, no es capaz de quebrar un buñuelo a sentones.
Yo jamás espero que nuestros diputados hablen en latín, griego o francés, o que adormezcan las bancadas con piezas oratorias propias del Congreso de Philadelphia o de la Convención Francesa, pero las lenguas que ahí se hablan son propias de los lúmpen y en realidad no podíamos avizorar que fuera distinto porque aparte de que no hay capacidad intelectiva, se ha vivido en un mundo de inmundicia que sólo permite esa lengua. Qué bueno que el Congreso local fuera Babel.
Corral quería un Congreso a modo; mucho tiempo movió el abanico como marqués en esos escenarios, pero ni ahí aprendió las lecciones básicas al respecto.
Los de MORENA deben aprender que es una estupidez haberle dado oxígeno suplementario al PT, que hace tiempo que debía estar sepultado o expuesto a que lo devoraran las aves de rapiña, de las que fueron imitadores. Pero qué se puede esperar si ahí también el frijol de contrabando, las prebendas y la licenciosidad reinan como nunca. Chihuahua se ha de avergonzar de este Congreso para toda su vida, Corral también, sumando a ello su propio gobierno.