Chihuahua

viernes 19 abril, 2024

Buscando nos encontramos: una escuela para buscar personas desaparecidas

Por Aranzazú Ayala Martínez

Ilustración La Lechuga Ilustradora

Esta es la historia de una escuela para buscar personas desaparecidas, y donde las y los buscadores llegados desde los lugares más peligrosos de México muestran a sus demás compañeros los métodos que han desarrollado para buscar a sus seres queridos desaparecidos. En las sesiones comparten experiencias, hacen prácticas en campo buscando fosas y articulan una enorme red de enlaces nacionales que reproduce ese conocimiento por todo el país.

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Es sábado por la tarde del 8 de febrero de 2020, justo a la hora en la que el sol es más brillante y deslumbra cuando choca contra la pared de ladrillo de la Casa de la Iglesia de Papantla, Veracruz, y dificulta leer las proyecciones de la peculiar clase de hoy: Cómo registrar los hallazgos en una fosa clandestina.

Las alumnas son mayoría mujeres que revisan con cuidado las hojas que les  entregan.  Son cuestionarios donde deberán registrar si lo encontrado es un esqueleto o un resto humano, el tipo de terreno donde lo hallaron, las características de la pieza, la fecha del hallazgo y el nombre de la persona que lo encontró. 

Ellas no son antropólogas forenses. Varias de ellas eran amas de casa hasta que tuvieron que salir a buscar a uno o varios parientes desaparecidos, como ya es costumbre en México donde hay más de 75 mil personas perdidas. Terminada la clase pasarán de la teoría al trabajo de campo y buscarán fosas clandestinas reales. Ellas, y los hombres aquí presentes, forman parte de la Brigada Nacional de Búsqueda.

“He aprendido muchas cosas, de las cosas sobre búsqueda por ejemplo desde leer la tierra. En un terreno lleno de maleza de repente ver el tipo de vegetación, eso se va aprendiendo, y compartir también, porque de repente, como saben algunas, se va sabiendo, quién ha participado en búsquedas, quién se ha quedado en los procesos para vigilar la exhumación”.

Esto lo cuenta Fabiola Pensado, una de las alumnas que ha tomado varias veces esta clase y que se inscribió para buscar a su hijo Argenis Yosimar Pensado Barrera, desaparecido en Xalapa en 2014.

El temario tampoco sorprende a Tranquilina Hernández, quien busca a su hija Mireya Montiel, desaparecida en Cuernavaca, Morelos, desde 2014, y Yadira González, que está aquí por  su hermano Juan, a quien busca desde 2006, ambas veteranas en este tipo de búsquedas. Saben bien posesionarse del terreno, usar  varillas, palas y picos y enterrarlos a cierta profundidad para no destrozar osamentas, identifican las partes de un esqueleto y conocen los procedimientos para resguardar cada hallazgo.

Para Tranquilina Hernández, gracias a estas capacitaciones han podido encontrar restos de personas.

“En Amatlán hicimos varios hallazgos, hicimos que el ministerio público, el Fiscal, dijera, ‘sí, son huesos humanos’”, lo dice con orgullo porque recuerda que en las primeras búsquedas, cuando anunciaban algún hallazgo las autoridades de inmediato decían que lo encontrado eran trozos de madera, no huesos. “Es como frustrante -dice la mujer- porque aparte de que tú les haces la chamba todavía se atreven a decir que no sabemos, cuando nosotros hemos tomado talleres, precisamente por eso nos preparamos antes de ir”.

Es fácil descubrir quiénes son novatas porque se les nota en el rostro. Hablar de entierros clandestinos les resulta insólito, aunque saben que es necesario porque el gobierno no busca a las personas desaparecidas. Una de ellas es Victoria Rosales, quien desde 2017 busca a su hija Nadia Guadalupe, desaparecida en Puebla. 

Terminado el curso se dará por inaugurada la Quinta Brigada Nacional de Búsqueda que este 2020 congregó en esta punta del Golfo de México a 300 personas de  71 colectivos de buscadores del país, de 21 estados de la República y de organizaciones solidarias. La mayoría viene del sur o del norte del estado, pero hay también personas provenientes de Guerrero, Puebla,  Coahuila, Baja California,  Estado de México, Morelos,  Querétaro,  Michoacán o Jalisco. 

La Casa de la Iglesia de Papantla es la anfitriona de la quinta brigada. Un día antes de iniciar,, Miguel Ángel Trujillo comparte experiencias en uno de los talleres introductorios. Foto: Rodrigo Caballero

La serie de podcasts ”Camino a encontrarles: Historias de Búsquedas” está dedicada a contar diferentes métodos de búsqueda de personas desaparecidas en México que han desarrollado los colectivos de familiares de víctimas, encabezados principalmente por madres que buscan a sus hijos e hijas. 

Continúa leyendo en www.adondevanlosdesaparecidos.org

Esta es una coproducción de A dónde van los desaparecidosIMER Noticias Quinto Elemento Lab.

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