Chihuahua

miércoles 24 abril, 2024

“Los pueblos indígenas tenemos una forma distinta de mirar el desarrollo”: Leydy Pech

Los pueblos indígenas están pagando un costo muy alto por el modelo de desarrollo que se ha impuesto en el mundo. Pero el problema es para todos, dice en en trevista Leydy Pech, apicultora maya que ha sido reconocida con el premio ambiental más importante que existe

Texto: Daniela Pastrana / Pie de Página

Fotos: Robin Canul

Leydy Pech cuida a las abejitas, como ella le dice a las abejas meliponas. una especie endémica de Yucatán que no tiene aguijón y que los pueblos mayas cultivan desde hace cientos de años. También organiza mujeres y es buena para dialogar. A sus 55 años y con su metro y medio de estatura, es una de las seis personas reconocidas con el Premio Goldman 2020.

El Goldman es el máximo reconocimiento que hay para ambientalistas en el mundo, que muchos equiparan con el Premio Nobel. Leydy Pech fue elegida porque logró detener la siembra de soya genéticamente modificada por Monsanto en el sureste de México. Eso fue hace 3 años, en diciembre de 2017, cuando la Corte Suprema de México dictaminó que el gobierno violó los derechos constitucionales de los mayas y revocó el permiso que tenía la poderosa transnacional para sembrar soya modificada en siete estados.

— ¿Qué significa el premio? — le pregunto ahora, en una breve entrevista telefónica

— Creo que representa un reconocimiento al trabajo de las comunidades mayas de los Chenes (una región de campeche) y de la unidad del territorio maya.

La referencia me recuerda una larga conversación sobre la identidad maya en el equipo de Pie de Página

— ¿Quiénes son los mayas, Leydy?

— Se cree que los mayas fueron en el pasado, nuestros abuelos, pero somos los que estamos hoy en nuestro territorio, que estamos en la lucha, con nuestra identidad cultural viva. Por eso no somos indiferentes a lo que ocurre en la región.

—¿Qué define el territorio?

— Es la casa común, donde esta lo que necesitamos para vivir.

Hablamos de su territorio, amenazado por los proyectos de desarrollo de los gobiernos, pero también por otras comunidades. Los mayas de Los Chenes lo saben bien, porque durante años han tenido que lidiar con unos vecinos llegados del norte con un sistema de cultivo agroindustrial que acabó con miles de kilómetros de selva.

— ¿Cómo enfrentamos este dilema que presenta la urbanización en todo el mundo? ¿Cómo cuidar el medioambiente frente a las necesidades de consumo, cada vez mayores, que tienen las ciudades?

— Creo que es ahí donde está el tema de las distintas formas de mirar y con concebir el desarrollo. Nosotros, los pueblos originarios, tenemos una manera distinta de mirar. Habemos muchas personas para las que el poder respirar aire limpio, producir nuestros alimentos, tomar agua limpia, eso es el desarrollo. Sé que lo que tengo en mi territorio. Sé que las abejitas tienen un lugar importante. Entonces, es una forma distinta de mirar y ahí están los conflictos y las confrontaciones con quienes no miran que vivir bien es no tener que tomar esa agua contaminada, porque esta forma nuestra es la que se está oponiendo a este modelo de desarrollo impuesto por los gobiernos, porque no se respeta nuestro derecho a la autonomía. Pero tenemos derecho a saber y a seguir viviendo con nuestra identidad.

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