Apenas a cinco meses de su apertura, una tienda de productos originales ralámuli fue víctima del crimen en la capital. Al menos veinte familias de comunidades indígenas ubicadas en la Sierra Tarahumara fueron afectadas por el robo a plena luz del día.
Texto y fotografías de Óscar Rosales
CHIHUAHUA.- Una combinación de tristeza y enojo es lo que siente Bertha Vega al contar cómo personas desconocidas entraron a la tienda Ralámuli Newala durante la mañana del pasado martes 25 de junio y robaron alrededor de 40 mil pesos de ropa y artesanías, diseñadas y manufacturadas por comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara.
Inaugurada en febrero de este año, la tienda ubicada en el Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua ofrece a las personas comprar productos de origen ralámuli y guarijío sin la necesidad de intermediarios comerciales, es decir, el dinero pagado llega directamente a las personas indígenas involucradas en el proceso de creación.
Bertha Vega, diseñadora de la marca Bikiyá Sopori (que en español significa tres estrellas), explicó en entrevista para Raíchali que uno de los encargados del establecimiento se percató del robo al llegar a las 9:30 am del martes, y al notar productos faltantes, así como maletas y cajas abiertas en la bodega.
De acuerdo con testigos, el atraco ocurrió entre las seis y siete de la mañana del martes, sin que se forzara la puerta o destruyera algún ventana para entrar al comercio.
Las personas que vieron a los ladrones no se percataron de que quienes entraron cometían un robo, ya que les vieron entrar por la puerta con mucha naturalidad, a pesar de que el negocio abre hasta las diez de la mañana.
Dentro del establecimiento los ladrones tomaron artículos como playeras, vestidos, tortilleros, pulseras, wares y coricos (galletas tradicionales de maíz) y una maleta con telas.
Los delincuentes sólo dejaron como evidencia una varilla de metal, un trozo de madera perteneciente a un trapeador o escoba, y una botella de plástico con limonada.
La comerciante ralámuli señaló que el hurto a la tienda representa un fuerte golpe a la economía de al menos veinte familias provenientes de las comunidades de San Ignacio de Arareko, del municipio de Bocoyna; Mogótavo, en Urique; y Uruachi.
“Hicimos un esfuerzo por rentar este local pues para mantener a la familia, para salir adelante con nuestro trabajo (…) detrás de nuestro trabajo hay muchas otras personas”, apunta Bertha, “son personas muy necesitadas”.
Para los locatarios, resulta incosteable instalar en este momento un sistema de alarma o de videocámaras al interior, ya que el negocio apenas tiene cinco meses de existencia.
Los comerciantes indígenas ya interpusieron una denuncia con la policía municipal de Chihuahua, cuyos agentes les atendieron en cuanto se descubrió que alguien había entrado al lugar. Le prometieron a Bertha y a sus compañeras que revisarían las cámaras cercanas para identificar y buscar a las personas responsables.
“No es justo, estamos batallando, y con mucho esfuerzo abrimos este local”, afirma Bertha.
Aunque el robo no ocurrió de manera violenta y sin personas dentro del local, las comerciantes temen que pueda repetirse, por lo que demandan mayor vigilancia en la zona sin importar el horario.
El esfuerzo colectivo comercial de Ralámuli Newalá reúne diseños ralámuli originales de Francisa Santaneño y marcas como Bikiyá Sopori y Mukí Sumí (mujer que coce).
Las comerciantes ralámuli exhortan a la ciudadanía en general a comprar artículos en su tienda, ya que con eso apoyan directamente la economía de las comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara y le dan el valor que merece al trabajo de las personas artesanas.
“Vengan a comprar, con eso nos ayudaría mucho a salir adelante”, finalizó Bertha.
El local se ubica en la Avenida Independencia y Calle José María Morelos, a unos pasos del bar Mágico, en el Centro Histórico de la ciudad de Chihuahua.
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