Chihuahua

viernes 19 abril, 2024

Una cruz bordada para Araly a 9 meses de su muerte y sin respuesta de Fiscalía

Fotos y texto: Raúl Fernando Pérez Lira / Colaboración para Raíchali

Por cuatro lunes consecutivos, Mariana bordó sentada a los pies de la Cruz de Clavos frente al palacio de gobierno de Ciudad Chihuahua, para protestar por el feminicidio de su amiga Araly Quiñonez Aranda. Este lunes 28 de diciembre, y con la presencia de colectivos feministas y amigas de Araly, colocó el bordado en una estructura metálica en ese mismo lugar. Ahora su nombre se erige entre los de otras víctimas de feminicidios, muchos de los cuales siguen impunes.

“Este bordado no solo representa nuestro dolor de perder a Araly de esta forma, representa la memoria y la impunidad que sigue reinando, demuestra lo selectiva que es y ha sido la justicia hoy y siempre” dijo Mariana ante las personas reunidas para conmemorar a Araly.

La principal demanda de Mariana es presionar a las autoridades para que avancen en las investigaciones y muestren resultados, por lo que invitó a la sociedad a llamar a la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) para preguntar por qué no han actualizado a la familia de Araly sobre el caso.

En declaraciones públicas hechas por la propia FEM, la dependencia solo se ha limitado a informar que la investigación avanza pero sin dar ningún otro detalle, y sin tener al momento a alguna persona detenida por lo que podría ser un feminicidio.

“Lo que es importante es que se le actualice a sus familiares porque ellos tienen el derecho de saber. Que no les actualicen significa que no están cumpliendo con lo que les corresponde”. continuó Mariana.

Araly fue encontrada sin vida y con signos de asfixia el 3 de abril de 2020 en su departamento, ubicado entre las calles Segunda y 20 de noviembre, en el centro de la ciudad de Chihuahua, después de que su familia no se había podido contactar con ella en un par de días. Su amiga la recuerda como una persona extremadamente amigable, apasionada, dedicada y pensante.

“Aquí somos desechables, reemplazables, objetos. Por más que una luche y resista para que todo esto acabe, el calvario de solo esperar que esto no nos pase a ninguna de nosotras es un anclaje que tenemos y nos fuerza a llevarlo a donde estemos”.

Mariana tomó el bordado como una forma de terapia después de enterarse del asesinato de su amiga y de que empezara el confinamiento por la pandemia. Después de mucha práctica, comenzó a bordar una cruz para Araly en el café donde ella trabajaba, y ahí surgió la idea de colocarla en un memorial frente al palacio. Desde entonces, cada lunes se sentó en el piso con su bastidor, hilos y aguja, en el lugar en el que colocaría el bordado, acompañada de familiares o amigas, aguantando el esmog y el ruido de los automóviles.

“El 3 de enero serán 9 meses sin respuestas, con un feminicida más aún libre que ronda entre nosotras, que aún se camuflajea entre bondad y amabilidad, que nos rodea y nos habla como si nada hubiera pasado” agregó Mariana frente a la Cruz de Clavos.

El colectivo feminista Movimiento Malinche, presente durante la colocación del bordado, también organizó una protesta digital para exigirle a la fiscalía explicar por qué no se han rendido avances a la familia de Araly, como parte de la campaña internacional “16 Días de activismo contra la violencia de género”. El colectivo exigió una explicación para el 10 de enero como fecha límite, sin embargo, no hubo respuesta.

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