Texto: Itzel Inda
Fotografía: Manuel Huerta
Perimetral
Guadalajara, Jalisco.- Se multiplican las historias de familias que sobrellevan duelos por la pérdida de un integrante y que quedan con una deuda a cuestas. En los en ocho meses de pandemia se ha ido comprobando que el dinero no salva a nadie.
Este año pintaba para algo diferente. Las olimpiadas como uno de los eventos deportivos más importantes se cancelaron; probablemente es fue la primera señal de que las personas se tendrían que acostumbrar a una nueva y dolorosa realidad.
Se pasó de andar libre por la calle y sin cuidado, a limpiar todo lo que se toca, llevar la mitad de la cara cubierta y cambiar las muestras cariño por abrazos virtuales.
Precisamente de un día a otro la vida de Diego Amador y su familia dio un giro de 180 grados: le diagnosticaron SARS-CoV-2 en julio y su esposa junto a las hijas tuvieron que enfrentarse a no poder verlo ni comunicarse con él mientras la hospitalización.
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