Chihuahua

viernes 21 marzo, 2025

Certifican a ocho rarámuri y ódami, en interpretación judicial

Además de dominar la lengua indígena, las mujeres y hombres que recibieron la certificación, se han capacitado para entender la terminología legal para traducir con precisión en las audiencias judiciales, para que su trabajo sea ético, preciso y sobre todo justo.

Por: Patricia Mayorga / Raíchali

Chihuahua – Un grupo de ocho personas intérpretes rarámuri y ódami fueron certificados por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) del gobierno federal, lo cual les permitirá fortalecer su trabajo para que las personas rarámuri tengan mejor y mayor acceso a la justicia.

“Hoy, con el corazón lleno de gratitud y respeto, quiero comenzar agradeciendo al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas por esta certificación que honra mi camino como hablante de la lengua rarámuri y como intérprete al servicio de la justicia. Este reconocimiento no es solo mío; pertenece a mi comunidad, a mis ancestros y a las montañas que me enseñaron la importancia de escuchar y ser escuchada”.

Así inició el mensaje que cautivó a los asistentes Rosa Candelaria Moreno González, coordinadora del área de Lenguas Indígenas de los Pueblos Originarios, del Centro de Personas Traductoras e Intérpretes del Poder Judicial del Estado.

Rosa Moreno en su mensaje durante la ceremonia de certificación de intérpretes del Poder Judicial
Foto: Poder Judicial del Estado

Previo a la entrega de certificados, el Poder Judicial proyectó un video en el que destacó la importancia de la certificación, ya que las ocho jóvenes rarámuri y ódami no sólo demuestran su destreza lingüística sino que contribuyen a un tener sistema más justo.

Además de dominar la lengua indígena, se han capacitado para entender la terminología legal para traducir con precisión en las audiencias judiciales, para que su trabajo sea ético, preciso y sobre todo justo, explica el video.

“La academia me enseñó técnicas, pero mi origen me dio el “porqué”. Como mujer rarámuri, sé que la justicia no sólo se escribe en leyes, sino que se vive en la equidad. En las cortes he visto el miedo en los ojos de quienes no entienden el español, y he sentido la responsabilidad de ser su puente. Traducir no es sólo convertir palabras, es preservar la dignidad, el contexto y verdad. En cada testimonio, llevo conmigo el peso de ser fiel a nuestras raíces mientras navego un sistema que debe aprender a ver más allá de las diferencias”, apuntó Rosa Moreno.

Mónica Morales Reyes, directora del Centro de Personas Traductoras e Intérpretes del Poder Judicial del Estado, dijo que el evento lo realizaron en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, que por agenda la pudieron realizar hasta este jueves 7 de marzo.

La funcionaria dijo que el impulso que dan a las personas intérpretes en dicha área, es para tener un sistema más justico para la ciudadnía y que la lengua no sea una barrera para garantizar la calidad de sus servicios.

La certificaron fue otorgada a cuatro personas indígenas que laboran en el Poder Judicial y a otras cuatro que prestan el servicio de manera externa.

Las personas que fueron cerrificadas y que laboran en el Distrito Judicial Morelos son: Rosa Candelaria Moreno González, en rarámuri alto; María Guadalupe Vega Jariz, en rarámuri alto; Victoria Mancinas Frías, en rarámuri bajo y José Trinidad Chaparro Chaparro, en tepehuán u ódami.

Los intérpretes internos certificados por el INALI son: Elías Bernardo Mancinas Frías, en rarámuri bajo; Alejandrina Chaparro Chaparr, en tepehuán u ódami; Benita González Ramos, en tepehuán u ódami; Oralia Carrillo Castro, en rarámuri bajo.

El titular de profesionalizacón de lenguas indígneas del INALI, Luis Arturo Fuentes Gómez felicitó por a los intérpretes por el logro, pero también desde la resistencia que han tenido y agradeció la oportunidad de apoyarles con la capacitación.

La presidenta del Poder Judicial, Myriam Victoria Hernández Acosta, felicitó a las personas indígenas certificadas y destacó que contribuirán a tener un mejor y más eficiente sistema de justicia.

Además estuvieron presentes en el presídium, Francisco Javier Fierro Islas, secretario general del Poder Judicial del Estado de Chihuahua y Enrique Alonso Rascón Carrillo, secretario de Pueblos y Comunidades Indígenas.

La ceremonia fue traducida también en lengua de señas, por una integrante del mismo Centro de Personas Traductoras e Intérpretes estatal.

Mi historia comienza en las barrancas

El mensaje de Rosa Moreno arrancó lágrimas en algunos asistentes, emoción en compañeros del Poder Judicial y orgullo en sus amigos y amigas indígenas que les acompañaron a recibir el reconocimiento.

Parte del discurso de Rosa:

Mi historia comienza en las barrancas en mi comunidad donde crecí, entendiendo que cada palabra en rarámuri lleva consigo la sabiduría de mi pueblo. Por eso, cuando decidí formarme como intérprete para los procesos judiciales, no lo hice sólo por vocación, sino por un compromiso: asegurar que mi gente pueda hablar y ser comprendida en su propia voz, incluso frente a sistemas que a menudo les son ajenos.

La academia me enseñó técnicas, pero mi origen me dio el “porqué”. Como mujer rarámuri, sé que la justicia no só lo se escribe en leyes, sino que se vive en la equidad. En las cortes he visto el miedo en los ojos de quienes no entienden el español, y he sentido la responsabilidad de ser su puente. Traducir no es sólo convertir palabras, es preservar la dignidad, el contexto y verdad. En cada testimonio, llevo conmigo el peso de ser fiel a nuestras raíces mientras navego un sistema que debe aprender a ver más allá de las diferencias.

Esta certificación del INALI es un acto de justicia lingüística. Valida que nuestras lenguas no son “dialectos”, sino pilares de identidad y herramientas para construir un México más inclusivo. Para mí, representa un llamado a seguir trabajando por que ningún rarámuri se sienta invisible en un juzgado y a recordar que cada traducción es un acto de resistencia contra el olvido.

Hoy también pienso en las mujeres y hombres de mi comunidad, que confían en mí para narrar sus historias. Les prometo que este reconocimiento refuerza mi compromiso de servir con ética y nobleza, como nos enseñaron nuestros *iwigá* (ancianos). La verdadera riqueza no está en los títulos, sino en poder tender manos entre mundos.

Finalmente, agradezco a mis maestros, a mi familia y al INALI por creer en el valor de las lenguas indígenas. Que este paso inspire a más jóvenes a abrazar su herencia lingüística y a usarla como instrumento de cambio. Porque, como dice nuestro dicho: “Sólo cuando las raíces son fuertes, el árbol da frutos”.

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