Los Servicios de Salud de Chihuahua y el personal médico del penal mantienen en tratamiento 26 casos por tuberculosis y continúan con un cerco sanitario, con aislamiento de casos activos y desinfección de áreas, sin embargo esa cifra podría incrementar con la implementación de nuevos diagnósticos. Independientemente de esos diagnósticos, las cifras van a la alza en los años recientes, revelan datos oficiales.
Karla Quintana / Raichali
Fotografía de archivo de Rey R. Jáuregui / La Verdad
Chihuahua – En el Cereso estatal número 3, localizado en Ciudad Juárez, 26 personas privadas de la libertad se encuentran en tratamiento contra la tuberculosis, de acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) y la Secretaría de Salud Pública del Estado. En los años recientes, esa cifra ha ido en aumento.
Al respecto, tanto personal médico de ese penal junto con elementos de los Servicios de Salud de Chihuahua, ha implementado un cerco sanitario para contener el avance de la tuberculosis en el penal, informó el doctor Luis Enrique Reyes Chávez, coordinador del Programa Estatal de Microbacteriosis.
“La colaboración existe desde hace varios años. Entre las actividades permanentes está la capacitación al personal del Cereso y la formación de promotores voluntarios entre los mismos internos, quienes notifican posibles casos y apoyan en la supervisión del tratamiento”, señaló Reyes Chávez.
Precisó que las personas afectadas están en fase clínica bajo seguimiento médico, y hasta el momento no ha sido necesario su traslado fuera del centro penitenciario. La Secretaría de Salud confirmó que no se han registrado fallecimientos a causa de esta enfermedad dentro del penal.
Información de la Secretaría de Salud evidencian un incremento constante desde 2014. Ese año se registraron tres casos en el Cereso 3, y el número ha ido en aumento con algunos altibajos: en 2017 hubo seis casos, en 2018 nueve, en 2022 trece, y en 2023 el número alcanzó los 18 casos. En 2024, aumentaron a 26.
Esta cifra podría seguir creciendo debido a la implementación de nuevas pruebas de diagnóstico, especificó Reyes Chávez, y explicó que el incremento de casos se debe en parte a la implementación de un nuevo método diagnóstico, la prueba de PCR en tiempo real, que comenzó en julio de este año.
Abundó que este método, avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), permite obtener resultados en aproximadamente dos horas, lo cual facilita la detección temprana y precisa. La PCR es un método más sensible que la baciloscopia tradicional, utilizada anteriormente.
Su aplicación ha incrementado la detección de casos, pues permite identificar contagios que antes podrían haber pasado desapercibidos.
“Este nuevo diagnóstico es más sensible, y al implementarlo en los centros penitenciarios, esperábamos encontrar un repunte de casos. Detectamos a los posibles contagios cuando presentan tos con flema durante más de dos semanas, lo que cumple con la definición de caso probable”, enfatizó el doctor Reyes Chávez.
Dio a conocer que los casos activos de tuberculosis se mantienen en aislamiento durante los dos primeros meses de tratamiento, que es la fase en la que el riesgo de transmisión es mayor. Los contactos cercanos de las personas contagiadas también son aislados temporalmente mientras se realiza su evaluación para descartar infección.
“Mientras los resultados están en proceso, los contactos se mantienen en aislamiento de dos a tres días. Una vez confirmado el resultado negativo, se suspende el aislamiento”, agregó coordinador del Programa Estatal de Microbacteriosis.
Además, se realizan desinfecciones regulares en las áreas donde están los casos en tratamiento y los objetos personales de estos reclusos, ropa y otros enseres son exclusivos y desinfectados después de cada uso.
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