Chihuahua

viernes 19 abril, 2024

En pandemia los paros feministas toman las redes

Las aulas de la Universidad Nacional Autónoma de México siguen vacías, las clases presenciales aún no se reanudan pero la violencia contra las mujeres encontró cómo alcanzarlas a distancia. En los últimos meses las alumnas decidieron irse a paros en línea y usar los canales disponibles. Éstas son sus razones y experiencias sobre continuar la organización desde la virtualidad

Texto y fotos: María Ruiz / Pie de Página

CIUDAD DE MÉXICO.- En un pasillo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM un grupo de mujeres encapuchadas se mueve al ritmo de Bad Bunny. La voz del puertorriqueño acompaña el perreo de las paristas con el que anuncian que hackearon la página oficial de su facultad.

El 28 de marzo del 2020 (día del hackeo) las paristas cumplían casi tres meses de tomar las instalaciones de la FCPyS. Debido al distanciamiento social marcado por la covid19 las clases presenciales se prohibieron y la dirección de su facultad vio una oportunidad para reanudarlas en línea, ignorando así el paro y sus demandas.

Pero las Mujeres Organizadas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales retomaron el control por medio del hackeo y lo anunciaron acorde a los medios de comunicación de su generación: vía Tik Tok.

El hackeo de las MOFCPyS fue la primera acción virtual de una toma feminista. Una acción directa que se vieron obligadas a tomar ante la decisión de las autoridades de ignorar sus demandas. Un mes después entregaron las instalaciones.

La última toma feminista presencial, la de la Facultad de Economía, resistió en medio de la pandemia hasta agosto del 2020. La emergencia por el virus SARs-Cov-2 continuó, al igual que la violencia hacia las mujeres, por lo que meses más tarde las tomas feministas se reactivaron a distancia.

Facebook, Twitter, Tik Tok y Whatsapp se volvieron espacios de lucha de los movimientos sociales de la UNAM, desde los que las colectivas comparten comunicados, anuncios, hacen asambleas, conversatorios, dan acompañamiento y reciben denuncias.

En octubre del 2020, la Colectiva Toffana de la Facultad de Química comenzó el primer paro virtual contra la violencia a las mujeres. Al ser ignorado por los directivos, decidieron tomar las instalaciones por nueve días y ocho noches. 

Después de ellas siguieron tres paros más por razones de género: CCH, quienes también tomaron las instalaciones durante unos días, la Facultad de Arquitectura y la FES Zaragoza, quienes, hasta hoy, mantienen un paro virtual.

La Colectiva Toffana explica que en estos meses han habido “tomas” en diversos planteles con personas que sólo realizan saqueos, sin seguimiento puntual a demandas. Por lo que ellas sólo reconocen los paros contra las violencias a las mujeres mencionados en el párrafo anterior.

Violencias a distancia y denuncias sin seguimiento

Las colectivas feministas denuncian que durante estos meses de confinamiento las violencias no pararon, ni tampoco las omisiones de los directivos respecto a éstas. 

Las Mujeres Organizadas de la Facultad de Arquitectura cuentan:

“Nos juntamos para hacer una asamblea y plantear cómo estaba la violencia de género en estos momentos en la facultad. Nos dimos cuenta que no es necesario estar en las aulas para que nos violenten. La violencia se transformó y adaptó a los medios digitales” 

Integrante de MUjeres Organizadas de la Facultad de Arquitectura.

Tanto estudiantes como profesoras han vivido violencias como acoso vía Whatsapp, hackeos, amenazas de compartir contenido íntimo, acoso durante videollamadas, amenazas y comentarios misóginos durante las clases.

La preocupación que tienen sobre las violencias en espacios virtuales es grande por una sencilla razón: el espacio virtual inunda los espacios íntimos de las mujeres, obligándolas a compartirlos con sus agresores:

“En la escuela podías no asistir. Ahora no estás en el salón de clases, estás en tu casa”

Otra de las caras del acoso virtual tiene que ver con las grabaciones sin consentimiento durante clase. La obtención de datos personales como el nombre completo lo utilizan para buscarles posteriormente en redes sociales.

En su caso, como activistas, se enfrentan constantemente a amenazas en sus redes por parte de profesores denunciados. Además de que se sienten constantemente perseguidas, obligadas a esconder su identidad por temor a represalias. 

Durante la acción directa en su facultad la Colectiva Toffana encontró porno en la oficina del encargado de entregar bajas temporales / Foto: María Ruiz.

En la Facultad de Química la Colectiva Toffana ha recopilado denuncias en su página oficial de Facebook.

A principios de marzo una profesora denunció vía Twitter que estaba siendo acosada por un grupo de alumnos. Hackearon su computadora y la amenazaron con compartir su contenido íntimo. Ella procedió a hacer la denuncia formal y aunque los procedimientos de denuncia por violencia de género son de los trámites activos a pesar del covid-19, ésta no avanzó. 

Según información obtenida vía transparencia por el diario El Economista, durante 2020 la UNAM recibió 328 denuncias por violencia de género. Al 19 de enero del 2021 sólo 62 recibieron sanciones. 

El paro en la Facultad de Química se originó debido a una denuncia ignorada: una estudiante se dio cuenta que, a pesar de que su denuncia procedió formalmente, su abusador seguía estando activo como adjunto de clases en línea. Esto inició el paro y lograron que el chico fuera expulsado.

Lograron también separar de sus cargos a dos profesores que realizaron comentarios misóginos durante clase: “A esta niña le llaman la bolsa de hielo porque esta niña con unos golpes aflojaba” se escucha a uno de ellos decir en un video compartido por la colectiva.

En otro video una alumna pregunta sobre cómo mejorar sus calificaciones ante la ausencia en algunas clases a lo que el profesor responde: “pues como ahora no es presencial no te puedo proponer sexo así que no se me ocurre nada”