Texto: Adriana Esquivel
Fotos: Patricia Mayorga
Chihuahua.- El desalojo y clausura del taller de costura de la comunidad rarámuri Bosques San Elías Repechique, el 13 de agosto, es una muestra más de la violación a los derechos de autonomía y libre determinación que poseen los pueblos originario y que en la Sierra Tarahumara llevan siglos de rezago.
En un pronunciamiento publicado este sábado con las firmas de las siete organizaciones civiles que conforman la Red Serrana, se exigió al Estado poner un alto al hostigamiento que sufre la comunidad rarámuri antes mencionada, así como retirar los sellos de clausura que colocaron agentes de Fiscalía General del Estado en la obra.
A la par, solicitaron a los tres órdenes de gobierno romper con la insensibilidad que históricamente les ha impide a los habitantes de Bosques de San Elías Repechique ser reconocidos como poseedores de la tierra de su territorio ancestral, el cual es el problema de fondo que vive la comunidad rarámuri.
La comunidad de Bosque de San Elías Repechique tiene más de 40 años en la defensa de su territorio de empresarios de la región que adquirieron poco más de 11 mil 500 hectáreas.
Su lucha dio su primera victoria en 2014, cuando el juez Octavo de Distrito, Ignacio Cuenca Zamora, reconoció a la comunidad como poseedora de su territorio.
En su fallo, el juez determinó que las autoridades iniciaron la construcción del Aeropuerto Internacional de Creel, en el municipio de Bocoyna, sin consultar a la comunidad, por lo que ordenó la reparación del daño a más de 30 rancherías.
Para ello, se creó un fideicomiso por más de 65 millones de pesos que sería destinado para impulsar proyectos comunitarios. Cinco años más tarde, en 2019, se inició con la construcción del taller de costura llamado Bowe Najativo.
El 13 de julio de este año, la comunidad denunció que era víctima de intimidación por parte de la Fiscalía General del estado, ya que agentes del ministerio público de Creel había acudido en dos ocasiones a impedir la construcción del taller.
El conflicto escaló hasta que el 13 de agosto. Mientras los habitantes de la comunidad estaban reunidos en el lugar, agentes estatales llegaron a desalojarlos y a clausurar nuevamente la obra.
Las personas desalojadas hicieron un frente en apoyo a Teresa González, la joven rarámuri que está a cargo del proyecto del taller, por lo que los agentes se llevaron a pie a las cerca de 50 personas que se opusieron a la clausura, entre ellos niñas y niñas que se fueron caminando hasta Creel escoltados.
“Con este hecho, las autoridades no sólo perturban la posibilidad de bienestar y manutención de BSER, sino que se convierten en una más de las razones del rezago que por siglos han tenido los pueblos originarios de la Sierra Tarahumara. Lamentamos la falta de sensibilidad de los 3 órdenes de gobierno para resolver el problema de fondo que es el reconocimiento de la posesión y la propiedad de este territorio ancestral, violentando con ello los derechos a la autonomía y a la libre autodeterminación que como pueblo originario poseen”, expuso la Red Serrana.
A casi dos meses del hecho, no hay una respuesta ni una vía de diálogo para solucionar el conflicto, por lo que las organizaciones que conforman la red exigieron:
- Alto inmediato al hostigamiento por parte del Estado que sufre la comunidad
- Levantamiento de los sellos de clausura que se encuentran ubicados en las instalaciones del taller de costura en territorio ancestral
- Reconocimiento legal como poseedores de la tierra del territorio en favor de la comunidad de Bosque de San Elías Repechique
El posicionamiento lleva la firma de: el Centro de Desarrollo Alternativo Indígena (CEDAIN), Centro de Capacitación y Defensa de los Derechos Humanos e Indígenas (CECADDHI), Consultoría Técnica Comunitaria (CONTEC), Fundación Tarahumara José A. Llaguno, Servicios Integrales Émuri-Construcción de Mundos Alternativos Ronco Robles (SINÉ-COMMUNARR), Proyectos Integrales en Economía Sustentable, Pie de la Tierra y la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, A.C. (COSYDDHAC).
