Por Sigfrido Viguería Espinoza
Fotografía principal: Raúl F. Pérez / Raíchali
La tradición en el uso del lenguaje, más concretamente la lengua, desde la viveza de estas en Hispanoamérica supone explicación europea; porque desde ese mestizaje colonial y poscolonial en la actualidad, nuestra realidad ha sido cifrada en esa lógica.
Lo que conocemos de la realidad (subjetiva y objetiva, o bien ambas), tiene un sesgo europeo en la manera de representar la realidad y de interpretarla. La homogeneidad, la hegemonía y el poder que se imprimen en este modo, no permiten lo que en la actualidad geopolítica y educativamente se promueve como necesidad: la interculturalidad, la multiculturalidad y el respeto a la diversidad.
Desde marzo de 1990 en Jomtien, Tailandia, donde se hizo la Declaración Mundial sobre Educación para Todos y Marco de Acción para Satisfacer las Necesidades Básicas de Aprendizaje… a la fecha, la hegemonía, el poder y la homogeneidad, en este caso de las lenguas se imprime desde las lógicas económicas (el ingles), y las culturales desde el folclor y la literatura (como el español), en nuestra división geopolítica de Occidente; invisibilizando a casi todo Oriente, África, Oceanía y por supuesto Hispanoamérica.
Las cumbres mundiales para la convivencia y la lucha contra la pobreza han intentado generar un discurso internacional de reconocimiento, pero sin modificar las estructuras donde el mercado, la mercancía y el dinero son los que definen la importancia del reconocimiento y estudio de una realidad multilingüe, y no solo de estudiarla, sino de promoverla, vivirla desde una institución, cada vez más rebasada, como la escuela.
Es muy sabido, en el caso de la investigación en general, y de la educación, que, en México, como en los demás países, el estudio e investigación de las lenguas, se ha convertido en un cliché académico, colocado en la discusión académica, en el mejor de lo casos, pero sin llegar a vivirse educativamente, no solo en la escuela, sino en términos de convivencia y reconocimiento y respeto social. “Estudiamos inglés”, para obtener una beca de investigación y para obtener un grado académico, en el supuesto, de que un maestro bilingüe: inglés-español, cumpla con las expectativas del mercado internacional.
Las lenguas originarias o nativas son estudiadas por personas que hacen doctorados o posdoctorados en Lingüística, Antropología, Literatura. Suman importantes aportaciones al discurso académico y muy pocas a la praxis y reconocimiento social en un contexto diverso, migrante y dinámico en nuestro planeta.
Por otro lado, las lenguas originarias o nativas son estudiadas por los propios nativos para enseñar en su contexto próximo.
La Universidad Pedagógica Nacional en México, promueve el bilingüismo y multilingüismo, pero desde adentro del espacio nativo, no hacia afuera, donde caben las siguientes preguntas:
¿Qué pasa con los movimientos internos de migración del sur del país hacia el norte?
¿Cómo se atiende el espacio de enseñanza de la lengua en migrantes a la frontera o bien al interior del norte del país?
¿El currículo se adapta desde la lengua originaria al aprendizaje o se asimila al español?
¿En términos de convivencia social y respeto, son visibles las demás lenguas?
¿Las instituciones formadoras de docentes están tomando estas preguntas para los futuros profesionistas de la educación?.
Es ingenuo pensar que las reformas educativas puedan abarcar estas respuestas; el tamiz de “Reformas de Estado”, responde a necesidades del mercado mundial, no de la cultura y ciudadanía en las naciones y pueblos.
Ante el panorama, la Nueva Escuela Mexicana, por primera vez, plantea un modo más humano y mexicano; pero no podemos esperar que responda a todo.
Los conceptos de: “maestro comunitario”, “comunidad”, “humanismo”, “lenguas originarias”, “convivencia”, ya dicen mucho, pero no es suficiente. Para que estos conceptos, no reproduzcan solo un cambio de palabra o concepto, en el argot del magisterio; hay que hacer lo propio en los contextos próximos, ¿Qué es lo propio?, en este caso, hacer visible, la necesidad que la enseñanza de la lengua ha sido y sigue mostrando modos hegemónicos, de poder y control en el interior y exterior de la educación escolar.
Los fenómenos de migración del sur al norte, por cuestiones mayormente económicas, deben mostrar que la interculturalidad, multiculturalidad y atención a la diversidad, son posibles, más allá de lo académico y academicista, esto último como visión esnobista de la investigación en esta área.
El Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), ha sido el conejillo de indias en muchas de las reformas o modificaciones curriculares en nuestro país. En el medio rural, es un modo atinado de abatir el rezago educativo, en términos estadísticos y la alfabetización, pero desde la asimilación del idioma español, irrespetando la identidad e historia del pueblo, etnia, comunidad y folclor. No es una aseveración de descalificación, como a las demás maneras de enseñar la lengua; se trata entonces de un problema de políticas públicas y educativas en la atención de los medios y modos antes descritos.
La Nueva Escuela Mexicana…
La reforma es un constructo de Estado, desea dar un toque nacional a ciertos valores y necesidades desde un proyecto político. En términos internacionales, responde a imaginarios dictatoriales de los/as que gobiernan el mundo. No son los gobiernos quienes representan, sino una clase muy pequeña y poderosa, quienes dictaminan la realidad, las cosas, la humanidad.
Sigo creyendo en uno de los principios románticos del siglo XVIII…la rebeldía como posibilidad de mover lo establecido, y más, cuando lo establecido atenta contra la naturaleza, el mundo y la humanidad. La prisa es un modo posmoderno de poner en jaque la vida social por medio de lo inmediato, perecedero, desechable y consumible. La lengua es una posibilidad de revelar estas inconsistencias porque nos permite de manera diversa, pensar y mirar el mundo, las cosas, los seres, los valores.
Esta Nueva Escuela, no es nueva en su modo de ser o de aspirar a ser…es un modo de reconocer lo que en el pasado ha sido parte del atrás…ahora hay voltear hacia atrás o bien, saber si la triada (presente, pasado o futuro), podemos ubicarnos en algún momento de ella o bien en todos y de qué forma. Voltear hacia atrás en la Nueva Escuela Mexicana (N.E.M), es darles voz a las comunidades frente a las regiones, al país, a nuestro continente y el mundo.
La comunidad existe si hay reconocimiento, respeto y convivencia con los otros/as. En la actualidad la individualidad se ha puesto de moda y modo. De moda en los discursos del mercado para comprar una casa, estudiar una carrera, ser…y de modo porque apreciamos lo que la persona hace, logra, compite, tiene…entonces tenemos un modo individual que es imaginario porque no somos, lo que somos por uno, sino por él y los otros, invisibles, no solo en el discurso, sino en la convivencia.
En esta reforma, la rebatinga política ve al libro de texto, como un problema, cuando el problema es la prisa y rapidez con la que desean que la reforma se establezca. Ver al libro como un problema, es poner en juego la intención de la reforma, no la inconsistencia del libro.
La lengua en este caso pasa por discursos políticos conservadores que tienen rostro de partido político. Se atenta contra diversidad, cuando no se reconoce en la educación sexual en la escuela, las nuevas formas de hacer familia, comunidad…
La desigualdad con lo anterior se acrecienta y no permite que el maestro, el alumno…el ciudadano tenga la oportunidad de convivir, sino de categorizar, descalificar y tener una desilusión desmedida ante el panorama de educación y escuela.
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Como este trabajo, está orientado a la enseñanza de la lengua en su modo diverso y complejo; es necesario hacer las siguientes interrogantes para valorar la Nueva Escuela. ¿Hay un proyecto ciudadano y de nación, cuál es?, ¿Cómo enseñar la lengua en la diversidad?, ¿Qué enseñar, que elegir? Durante la pandemia COVID 19, escuche, recomendar curricularmente a los maestros que enseñaran los aprendizajes esenciales; pero corrientes y opiniones que decían no saber qué es lo esencial y mejor prefirieron terminar como pudieron sus programas escolares.
En una comunidad migrante y diversa, no necesariamente en la frontera. Los maestros enseñan desde el español, como punto de partida porque no saben lo esencial de la diversidad lingüística en la que se enfrentan para enseñar. Esto nos hace reflexionar, más allá de bajar esta diversidad con algún programa especial, particular…por lo que hemos de revisar todas las posibilidades para que la lengua se promueva y respete en su modo diverso de vivirla.
Las profundidades de las cosas y a las cosas, no ocurren de manera inmediata ni a prisa, en el caso de la lengua, pasa algo similar, hay que interesarse por ese modo diverso para llegar a ella. Los maestros/as ante las reformas o cambios opinan que solo se cambia de concepto o de nombre; es decir no se interesan por interpretar o convivir las diferencias de las cosas, y empiezan desde el discurso y reproducen el mismo discurso que conocen.
Pueden trabajar en una comunidad multicultural y creer que la multiculturalidad se reduce a una feria o festival de expresión de arte y folclor, aunque no sepan ni lo esencial de las lenguas que están implicadas. No hay culpables, hay implicaciones. Es necesario modificar las estructuras de formación normalista y universitaria en la preparación de profesionales de la educación, que puedan enfrentar necesidades en comunas multiculturales y multilingües, en lugar de pedirles un porcentaje de inglés para titularse.
Las cuestiones económicas del imaginario que el norte esta mejor que el sur, también trae implícita la necesidad de revalorar las lenguas en su diversidad, no asimilarlas a la hegemonía de uso (español), ni un cliché global (ingles); como si en español se resolvieran todos los modos y problemas para enseñar en México, o bien que los egresados/as sean profesores de alto nivel por hacer un posgrado y leer a lo sumo en lengua inglesa.
A manera de apertura…
“…La frontera de este constructo social denominado lengua con otra lengua puede ser tan difusa como las diferentes lenguas territoriales…” (Flores, María Antonieta, 2015). Las ideas de nación, pueblo, región, continente, división geopolítica…contrastan con esta opinión en esta cita, ya que, desde tiempos prehistóricos, las migraciones no han subsistido desde la necesidad económica, sino desde la pertenencia al espacio-tiempo del acontecer.
Se ha resuelto las necesidades económicas en el proceso de migración, pero no las situaciones de convivencia y desarrollo social o comunal. La Nueva Escuela, intenta imprimir un humanismo social, debemos pensar el currículo lingüístico desde un espacio de diálogo intercultural que nos permita aprender y reconocer las diferencias…vivirlas.
La siguiente cita resume lo anterior cuando escribe. “Si las escuelas mexicanas enseñan basadas en un paradigma monolítico…una percepción que asume las lenguas, culturas y experiencias culturales…separadas” (Jacobo Suarez, Mónica, 2016). Como ejemplo de esto, en una comunidad multicultural donde los alumnos vienen del sur de México (Oaxaca, Chiapas o Veracruz), además hay estudiantes anglosajones dueños de los medios de producción.
Los profesores asimilan a los estudiantes al español, como punto no solo de referencia, sino fin, en su planeación. Hacen esfuerzos con los recursos que la lengua mestiza les provee, pero necesitan hacer de suyo, la necesidad de aprender las lenguas que sus estudiantes hablan. La N.E.M es una posibilidad de apertura que no ocurra solo en el discurso, sino en la reflexión de la práctica docente.
En este intento por revalorar lo diverso, el discurso adquiere sentido, cuando no son las palabras y los conceptos, quienes gobiernan la práctica escolar del docente o el alumno.
También hay necesidad de revalorar los modos de decir y actuar que subyacen en las palabras para no confundirlos con el entramado académico como en la siguiente cita: “Los docentes conocen el enfoque intercultural y coinciden en concebirlo como un proceso, pero por momentos lo confunden con el enfoque inclusivo.” (Tiburcio Esteban, Celestina. Et.al, 2020)
En el 2002 La Licenciatura en Intervención Educativa, vendría a revolucionar la figura del docente por medio del interventor…un sujeto que estaría en un plano más social en la práctica educativa. La cita anterior nos da la idea, de como un profesor podría confundir el concepto intercultural con el de inclusión. Así como en su momento, pocos egresados de esta licenciatura fueron interventores, ya que su principal finalidad fue la de ser un profesor de aula regular…
En este primer acercamiento, abrimos la posibilidad de migrar la escuela regular a una escuela intercultural, donde las lenguas juegan un papel de referencia y posibilidad.
*Sigfrido Viguería Espinoza es licenciado en letras españolas por la UACH. Tiene estudios de maestría en educación y doctorado en pedagogía. Es profesor de literatura en el Colegio de Bachilleres y asesor académico en la Normal Superior de Nuevo Casas Grandes.
Escribe una columna llamada Mito, Literatura y Realidad en El Diario de Juárez. Tiene publicaciones en la revista literaria Hambre, en el podcast El buen Cruel, diario digital de Agua Prieta. Ha publicado en semanarios y revistas literarias como Nosotros, Metamorfosis y Letra Nostra. Es promotor cultural y académico en Normal Superior José E. Medrano R, UACJ Nuevo Casas Grandes y UPN Nuevo Casas Grandes. Dedica su tiempo a la literatura, la discusión académica y el canto lírico. Publica constantemente ensayos y poemas en medios impresos y electrónicos. Tiene una columna semanal llamada Utrora en Estilo Mápula revista de literatura.