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jueves 28 marzo, 2024
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    Matan a las mujeres para destruir el territorio

    Dentro de la agenda del feminismo a las mujeres racializadas, indígenas, de alguna comunidad rural, les atraviesa un tema fundamental que es la defensa del territorio por la identidad que les constituye.

    Por Susana Rodríguez / Perimetral

    Un grupo de académicas, activistas y feministas hablaron en la presentación del libro “Feminicidio y Acumulación Global. Asesinatos de mujeres en grupos étnicos y racializados. Luchas y reexistencias” en el marco del 8 de marzo 2022.

    El libro tiene como origen el foro Feminicidio en grupos étnicos racializados realizado en 2016 en la ciudad de Buenaventura, Colombia.

    Ahí se recogieron testimonios y vivencias de mujeres afrodescendientes en América Latina y otras partes del mundo sobre cómo han vivido la violencia.

    La edición del texto fue realizada por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) en Argentina y se presentó de manera virtual la semana pasada donde estaba anunciada Silvia Federici.

    Asesinar a las mujeres es destruir la comunidad

    Uno de los objetivos de la reflexión -tanto en el foro como el libro- fue hablar sobre la influencia del capitalismo y principalmente del despojo de los territorios en los feminicidios de las mujeres indígenas, racializadas, de alguna etnia o comunidad.

    Para Victoria Donda, titular del INADI los feminicidios en estas zonas son resultado de una política de muerte.

    Por su parte María Campo argumentó que en Buenaventura, Colombia, a partir del 2010, ocurrieron varios feminicidios justificados como crímenes pasionales u homicidios.

    La realidad era que los feminicidios en esta ciudad con población predominantemente racializada respondían a un interés: «silenciar.»

    Las activistas, enfatizaron que estas muertes violentas de mujeres fueron invisibilizadas por el movimiento feminista hegemónico en Colombia.

    Buenaventura puede ser el mundo

    En la intervención de Betty Ruth Lozano, activista del feminismo negro, antirracista y popular se recorrió el puerto de Buenaventura en Colombia, como una zona de entrada y salida de mercancías, legales e ilegales.

    La puerta de Colombia hacia el resto del mundo iene una zona turística segura, mientras la población nativa vive en medio de la violencia en uno de los territorios más desiguales del mundo.

    Y son las mujeres racializadas e indígenas en lucha, y sus discursos, quienes ponen en quiebre la estabilidad de las prácticas capitalistas.

    Un feminismo negro para todas 

    Muchas mujeres racializadas que trabajan en la defensa de los derechos humanos y contra la discriminación, no son bien recibidas en los espacios negros por ser feministas, ni en las agrupaciones feministas hegemónicas por ser negras, dijo al iniciar su intervención Martha Rivas Orobio, cofundadora del colectivo Otras Negras… y Feministas.

    Esta frase, agregó la activista, tiene todo que ver con el surgimiento de su colectivo que busca un “Feminismo Otro”.

    Al final la invitación de todas las participantes en esta presentación fue a leer el texto que implicará muchas reflexiones y disertaciones sobre lo que ahí se aborda, donde se habla no sólo de las problemáticas sino de las formas de reexistencia que las mujeres racializadas y de alguna etnia, grupo o pueblo han generado para vivir.

    Argumentó la feminista María Campo en la presentación del libro

    Este trabajo fue publicado en Perimetral, integrante de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Consulta aquí el trabajo original.


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