Chihuahua.- Para los niños y niñas que conforman la primera Orquesta Sinfónica Infantil Rarámuri, la música se ha convertido en en algo más que un pasatiempo: es la disciplina que los conecta con sus raíces y su cultura.
Así lo consideró el pianista rarámuri Romeyno Gutiérrez, quién este fin de semana apadrinó su debut en la quinta Expo de Pueblos indígenas de Chihuahua, realizada en la capital del estado.
“Llevamos la música desde el vientre de nuestra madre, los niños rarámuri tienen un conocimiento del ritmo de la danza de manera natural y estamos muy contentos de estar aquí. es importante que los niños, de cualquier cultura, crezcan con la sensibilidad de la música, es muy sano”
Aseguró sentirse orgulloso de compartir el escenario con los más de 30 niños y niñas que conforman la orquesta al expresar que llevar una vida en la música es una experiencia maravillosa que le ha permitido tener más sensibilidad con la gente y sus hermanos rarámuri.
“Al ser de una comunidad urbana no tienen un acercamiento, un conocimiento de su cultura, ellos son de aquí, pero la música la traen y acercarse a ella les permite conocer nuestra cultura y preservarla”
Los pequeños músicos que viven en las comunidades rarámuri urbanas Carlos Díaz Infante y la Colonia Tarahumara, al extremo norte y sur de la capital, comenzaron el proyecto a finales de enero con la dirección de la maestra María Guadalupe Rico Galindo, quien se dijo orgullosa del progreso que han mostrado en tan sólo siete meses.
En entrevista, mencionó que el concierto que ofrecieron el sábado representa un gran logro para los niños y las niñas, pues además de tener la oportunidad de compartir el escenario con un músico rarámuri reconocido internacionalmente, es la primera presentación masiva en la que han participado
Recordó que la intención de la orquesta es impulsar su desarrollo, acercarlos a sus raíces y, al mismo tiempo, alejarlos de las drogas y el alcoholismo.